La misión de la Iglesia nace de la misión de Jesucristo, primer evangelizador, que hace suya la voluntad del Padre: EVANGELIZAR. Así lo expresa al comienzo de su vida pública:
«El Espíritu del Señor está sobre mí, me ha enviado para evangelizar a los pobres…» (Lucas 4,18)
Esta Pastoral está determinada por el carisma Sopeña, tal como ha sido reconocido por la Iglesia y nuestra responsabilidad es hacerlo crecer y dar el mayor fruto posible. El carisma es vivo y vivificado por el Espíritu.
Todo carisma incluye elementos básicos:
Una EXPERIENCIA ESPIRITUAL que permite penetrar en un aspecto particular del misterio de Cristo.
Una SENSIBILIDAD especial para acercarse a un sector concreto de la humanidad en el que se descubre una carencia.
Una RESPUESTA DE ACCIÓN para reparar esa carencia y que compromete de tal forma a la persona, que llega a configurar un estilo de vida.
La tarea de la evangelización es un proceso que tiene como contenido:
• La PROMOCIÓN HUMANA
• El ANUNCIO de Jesucristo
• La FRATERNIDAD
En la Pastoral Sopeña, la promoción humana responde al lenguaje de los hechos en cuanto se realizan una serie de acciones que contribuyen a que la persona sea artífice de su propio desarrollo y se convierta en protagonista de su historia, tales como actividades de capacitación, desarrollo de destrezas y los servicios que se prestan para cubrir las diversas necesidades.
Si necesitas más información o te gustaría colaborar en nuestra Pastoral, no dudes en contactarnos.