El proyecto “Fortalecimiento de los Medios de Vida”, impulsado por la Corporación Dolores Sopeña y ACNUR, busca potenciar la autonomía económica y la inclusión social de familias chilenas, refugiadas y migrantes que viven en el campamento. Esta iniciativa se suma a una comunidad que ya se caracteriza por su fuerte organización, sólidos liderazgos y la solidaridad entre vecinos y vecinas de distintas nacionalidades que conviven en paz.
SANTIAGO – Edith llegó desde Colombia hace solo nueve meses al Campamento Millantú en Puente Alto, la comuna más poblada de Chile. Apenas instalada, conoció el trabajo que la Corporación Dolores Sopeña venía desarrollando en el territorio, para apoyar a las más de 2.500 familias chilenas, haitianas, venezolanas, colombianas, peruanas y ecuatorianas que conviven en el campamento.
Sin dudarlo, se inscribió en un curso de manicurista impartido por la institución. Esa capacitación no solo le permitió generar ingresos, sino también tejer lazos con sus vecinas y vecinos. Rápidamente, se sintió cobijada por una comunidad que funciona como una red de apoyo, donde la colaboración y la ayuda mutua son prácticas cotidianas. De hecho, se integró como voluntaria al comedor solidario que entrega alimento a más de cien personas cada sábado y lo resume con una frase sencilla: “La gente es muy acogedora, siento que son mi familia”.
Hoy, Edith continúa apostando por su crecimiento para salir adelante en el país: participa en talleres de colorimetría y se prepara para un curso de gastronomía que comenzará pronto, ambas oportunidades de aprendizajes ofrecidas por el proyecto denominado “Fortalecimiento de los Medios Vida” impulsado porCorporación Dolores Sopeña, con el apoyo de ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados. “Me inscribo en diversos talleres para aprender técnicas distintas, para montar mi negocio o tener oportunidades laborales. Estoy muy agradecida por tener la posibilidad de participar en un curso becada. Me ha servido también como terapia, el espacio de aprendizaje es algo que me ha servido mucho”, destacó.
Cinco años de trabajo y una nueva alianza
Para la Hermana Gabriela Herrera, directora de la Corporación Dolores Sopeña, estar presente en el terreno ha sido clave: “Muchas personas carecen de servicios básicos y están en riesgo social, por eso llegamos al territorio, para palpar la realidad. Las personas traen muchas capacidades que a veces no han descubierto y creemos en que son capaces de salir adelante brindándoles oportunidades, porque lo hemos visto en el territorio”.
Tras cinco años de trabajo permanente en el campamento, la Corporación Dolores Sopeña inicia este año un nuevo proyecto en alianza con ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, que se suma con financiamiento y apoyo técnico para fortalecer de manera conjunta el programa integral de medios de vida. Para Rebeca Cenalmor Rejas, Jefa de la Oficina Nacional de ACNUR, esta alianza refleja un modelo de integración: “Este tipo de iniciativas, que reúne a personas de distintas nacionalidades incluyendo a la comunidad local, buscan apoyar a personas que tienen alguna necesidad sin distinguir su país de origen, lo que genera un espacio de interculturalidad y de empatía. Además, vemos cómo las mujeres cumplen un papel fundamental en crear una comunidad que acoge y protege a quien más lo necesita”.
Durante estos años de trabajo, la embajada de Colombia en Chile ha colaborado muy de cerca con el campamento, como por ejemplo entregando apoyo al comedor solidario y en capacitación laboral. Por eso el embajador de Colombia en Chile, Sebastián Guanumen, destaca que al “juntar experiencias e identidades, se construye territorio y con ello sale siempre lo mejor en la historia de la humanidad. Estamos muy contentos de un proyecto intercultural que una a los pueblos de América Latina, y que Chile que sea el espacio donde América Latina pueda surgir”.
Oportunidades que fortalecen la red comunitaria
El proyecto ofrece capacitaciones en oficios específicos como peluquería y gastronomía, además de apoyo jurídico, apoyo psicológico y emocional, jornadas informativas para facilitar el acceso a derechos, talleres con líderes comunitarios y formación educativa, con cursos de español para fines laborales y nivelación de estudios.
De esta forma, la iniciativa no solo refuerza un ecosistema comunitario que ya se sostenía en el apoyo mutuo y en liderazgos locales fuertes, sino que además busca entregar herramientas concretas para que la comunidad, cada vez más sólida, pueda mejorar sus condiciones de vida, avanzar hacia la autosuficiencia y proyectar un futuro con mayores oportunidades de desarrollo.




